Fue esta población la pionera en ofrecer un opción habilitación a un Quito cuyo crecimiento estaba destinado a hacerse solo hacia sus extremos norte y sur. Pronto se convirtió en una ciudad satélite con todos los servicios públicos, comerciales y turísticos, óptimos en calidad y cantidad. Así, la zona había dado un giro total de lo que era en épocas de antaño: el lugar favorito para el esparcimiento y el descanso de las familias Quiteñas, apreciado por su clima templado y aire puro, y la presencia de aguas termales. Aquí se establecieron balnearios muy concurridos, como el Tingo y la Merced, opciones de distracción y quintas vacacionales.
Fuente: SAMANA, Guía turística para Viajeros. Editorial Ecuatoriana.
Desde Quito en vehiculo particular o transporte publico por la Av Libertador Simón Bolívar y Autopista Gral. Rumiñahui